Talilagi

Tengo una pequeña plantación en Faleseela Uta. SPBD, al igual que a muchas otras mujeres miembros de esta entidad de microfinanzas, me ha dado libertad económica. Antes tenía que esperar a que mi marido cobrara para poder tener algo de dinero, pero ahora lo gano por mí misma.

Recolecto calabazas, que tardan un par de semanas en crecer, y las vendo. Con el primer crédito de 200 dólares, compré semillas y equipamiento para la plantación. No sé cuánto gano, no lo he calculado, pero seguro que es más de los 45 dólares que gana mi marido. Ahora puedo comprar más carne para cenar y mis hijos van a un colegio mejor, y hasta mi marido me pide consejo a la hora de gastar el dinero. Muchas mujeres como yo tenemos más confianza después de participar en este programa de microcréditos.

Gracias al programa hasta conozco mejor a mis vecinas. Hablamos todo el rato de nuestros micronegocios y aconsejamos a las que están en dificultades. ¡Las mujeres tenemos que ayudarnos las una a las otras!