Un joven se recupera en el nuevo hospital de Tabarre, en Puerto Príncipe. Fuente: Fundación Nuestros Pequeños Hermanos
Un joven se recupera en el nuevo hospital de Tabarre, en Puerto Príncipe. Fuente: Fundación Nuestros Pequeños Hermanos
Camas habilitadas para el tratamiento de los pequeños. Fuente: Fundación Nuestros Pequeños Hermanos
Camas habilitadas para el tratamiento de los pequeños. Fuente: Fundación Nuestros Pequeños Hermanos
Los niños también se divierten en el hospital de Tabarre. Fuente: Fundación Nuestros Pequeños Hermanos
Los niños también se divierten en el hospital de Tabarre. Fuente: Fundación Nuestros Pequeños Hermanos

Problemática Social

Haití es el país más pobre del hemisferio occidental. Con 8,4 millones de habitantes, un tercio de los cuales situados en zonas urbanas, 4,2 millones de haitianos son niños. Las infraestructuras de sanidad pública de Haití son ruinosas debido al inestable contexto histórico, social, político y económico que ha provocado que un 60% de las niñas y niños de Haití no tengan acceso a los servicios de salud más elementales. Esto provoca que la tasa de mortalidad en menores de cinco años sea la más elevada de América Latina y el Caribe, y esta sea comparable a la de algunos países del África subsahariana. Las principales enfermedades culpables de esta situación son el SIDA, la tuberculosis, diarreas agudas o la desnutrición crónica.

Más de la mitad de las muertes infantiles están relacionadas con la carencia de alimentos adecuados y la falta de atención médica y nutricional. En Haití la inseguridad alimentaria alcanza el 40% de los hogares, el 65% de los niños padecen anemia y el 32% presenta un retraso en su desarrollo según datos de la UNESCO del año 2004.

Nuestra Intervención

Este proyecto pretende ofrecer un diagnóstico y tratamiento médico eficaz a menores de cinco años enfermos de tuberculosis, anemia, cáncer, enfermedades respiratorias agudas y SIDA, y al mismo tiempo, conseguir su recuperación a nivel nutricional.

A la vez, se realiza un programa de inmunización sistemática, sin descuidar una eficaz formación preventiva y nutricional destinada a las madres de estos niños con la finalidad de evitar recaídas de sus hijos una vez se hayan recuperado de sus problemas de salud y vuelvan a casa.

El programa de recuperación nutricional consta de tres fases: una primera fase de estabilización del neonato, lactante o niño, en una etapa de su vida crítica y en la que esta peligra. Una segunda fase de recuperación nutricional del niño, que va de la mano de formación en este campo para los familiares.  Una última fase de seguimiento ambulatorio que permite controlar la evolución del niño y evitar posibles recaídas. Paralelamente, se administran vacunas, medicinas, se realizan radiografías y análisis pertinentes para evaluar el estado de salud del niño, así como para comprobar su evolución positiva durante su recuperación en el hospital.

Impacto Social Esperado

La aportación realizada forma parte del presupuesto global de este proyecto. En este caso en concreto, los fondos han servido para financiar la compra de medicamentos, complementos alimenticios y para la realización de tests de laboratorio.

El proyecto se lleva a cabo en el nuevo hospital de Tabarre.

Gracias a esta donación, 50 niños han recibido tratamiento.