Regina Bayiyana

Soy viuda, tengo 48 años, y prácticamente no pude ir a la escuela. Como consecuencia de todo esto, casi no tuve oportunidades para acceder a un buen trabajo que me permitiera ayudar a mis 11 nietos huérfanos de entre 9 y 17 años. No obstante, decidí emprender, y llevo dos negocios para poder pagar la universidad de mi hijo. 

La entidad de microfinanzas BRAC Uganda me proporcionó un microcrédito de 125 euros. Con ellos inicié mis dos negocios: la venta de pollos asados que previamente compro, mato, limpio y cocino para las personas que vuelven a casa de su trabajo y, más tarde, para los que salen hambrientos de los bares de alrededor. Estoy en el puesto hasta que he vendido todos los pollos, a veces hasta bien pasada la medianoche. También tengo un negocio de venta de agua potable.

Soy consciente de que no puedo permitirme ninguna disminución de mis ingresos ya que tengo que mantener a mis nietos. Con los pollos obtengo unos beneficios semanales de unos 30 euros. El agua no me proporciona unos ingresos demasiado elevados, pero son suficientes para compensar el descenso en las ventas que a veces se produce en la venta de pollos.