Una beneficiaria y sus hijos. Fuente: Fundación Vicente Ferrer
Una beneficiaria y sus hijos. Fuente: Fundación Vicente Ferrer
Una familia en frente de su nuevo hogar. Fuente: Fundación Vicente Ferrer
Una familia en frente de su nuevo hogar. Fuente: Fundación Vicente Ferrer
Vista exterior. Fuente: Fundación Vicente Ferrer
Vista exterior. Fuente: Fundación Vicente Ferrer
La placa del Housing Colony de Nelangonda. Fuente: Fundación Vicente Ferrer
La placa del Housing Colony de Nelangonda. Fuente: Fundación Vicente Ferrer

Problemática Social

Aunque la Constitución india de 1950 establece que nadie será discriminado por su casta, la realidad para los “dalits”, la más humilde de la India, es bien distinta. Viven en condiciones de pobreza extrema y sufren una gran desigualdad económica y discriminación social.

Especialmente grave es la situación que sufre la población infantil. Un alto porcentaje de niños y niñas dalit no asiste a la escuela o la abandona antes de acabar primaria, con lo que se ven forzados a trabajar en la calle o practicar la mendicidad. En el caso de las niñas es incluso peor, pues ser mujer dalit conlleva una triple discriminación por casta, clase y género. Con la idea de hacer frente a esta situación se realiza este proyecto de construcción de viviendas, para conseguir así dignificar y mejorar la calidad de vida de todas estas personas.

Nuestra Intervención

En colaboración con la Fundación Vicente Ferrer se lleva a cabo la construcción de diez viviendas que forman parte de la colonia del pueblo de Nelagonda, en el área de Gunkatal, región de Uravaconda. Las diez familias beneficiadas en Nelagonda y, en concreto las diez mujeres (de entre 22 y 50 años) a nombre de las que van las casas, son campesinas que pertenecen a la casta dalit y que no tuvieron acceso a la educación primaria.

Las viviendas se construyen unos 40 centímetros sobre el suelo para evitar las consecuencias de las lluvias monzónicas, con paredes gruesas de ladrillo macizo y ventanas de pequeñas dimensiones para proteger a sus habitantes de las elevadas temperaturas del exterior. Constan de dos dependencias: un espacio destinado a la cocina y otro que cumple las funciones de salón dormitorio, con un porche elevado y protegido por una cubierta ligera y donde la familia realiza muchas de sus actividades domésticas. La superficie total de la casa es de 42 metros cuadrados.

Impacto Social Esperado

Sus antiguas viviendas estaban construidas con materiales poco sólidos, generalmente de barro y/o piedras, y cubiertas de paja o de hierbas en el techo. Las nuevas casas proporcionan a sus habitantes una vida más higiénica y menos expuesta a riesgos como las mordeduras de serpientes o las picaduras de escorpiones, habituales en la zona.

Las viviendas se han escriturado a nombre de la mujer, hecho inaudito en la sociedad india, de forma que las protege tanto a ella como a sus hijos del posible abandono por parte de sus maridos.

En caso de tener hijos en edad escolar, estos deben asistir a las escuelas de la comunidad o a colegios públicos como uno de los requisitos para poder ser una de las mujeres beneficiarias de una vivienda.

Es notable también el aumento en la autoestima y dignidad de las familias beneficiarias. Todas han participado en la construcción de las casas. Familias como las de Hanumakka, Obulamma, Malingamma, Vannuramma o Rangamma a quienes vemos en las fotos.