He vivido siempre en Ruba-Konteftefe y nunca había tenido acceso a agua potable. Nuestra vida era terrible sin ella, ya que aunque fuera un problema que afectaba a todo el mundo, las principales víctimas eran las mujeres y las niñas.
Con el pozo que hemos conseguido construir tenemos fácil acceso al agua potable. Hoy en día es muy sencillo ir a buscar agua porque está a tan solo cinco minutos. Ser secretario del Comité de Agua y Sanidad para el cuidado y control del pozo es una responsabilidad preciosa.